SOBRE MI

Soy Ana Jimenez, peluquera y educadora canina aunque para algunos soy «Ana y su manada» o «la loca de los perros».

Cuando tengo añoranza perruna me doy una vuelta por Amancu, perrera municipal donde colaboro, y me doy un paseo con alguno de los que viven allí y otras veces, acojo cachorros en mi casa hasta que les encontramos un hogar.

Prácticamente toda mi vida me he relacionado con perros y no se vivir sin ellos. Por eso, actualmente convivo con cuatro; el más mayor, en tamaño y edad, se llama Obelix y por miedo a que fuese un mimado consentido, decidí adoptar a Leo. Lola vino de visita, su estancia estaba programada para una semana, pero cuando le tocaba irse decidió que se estaba mejor aquí y…, aquí sigue. Por ultimo está Mei mei, ella es la pequeña de la casa, en tamaño y edad, pero no en espíritu. Mei es mi pequeño juguete.


 

Obelix : tiene 6 años y es un mestizo de Mastín Tibetano con Pastor Alemán. Entró en mi vida por pena, nadie lo quería ya que se adivinaba que iba a ser grandote, ¡con mes y medio pesaba casi nueve kilos!,  así que le dije «tu te vienes a casa»
Lo bautizamos como el mítico personaje de comic: de cachorro era muy pachón y grandote, pero según fue creciendo cambió el carácter y se volvió muy terco, dominante y muy inteligente.

 

 

 

 

 

 


A Leo lo adopté en PROCCAN y es un PPP(Perro Pacifico y Precioso). Es un American Stanford de tres años. Al mes de vida apareció en un contenedor de basura, deshidratado y con parvovirus y tras estar ingresado muchos días en la clínica veterinaria, pasó a una casa familiar a modo de acogida; allí lo bautizaron como el ídolo del niño de la casa: Leo Messi.

Leo tenia dos mesecitos cuando lo vi en una feria de adopciones y enseguida hice los tramites de acogida. En pocos días ya estaba conviviendo con nosotros como perro adoptado y…, me lo quedé. Perros como leo no encuentran casa fácilmente y él ya había vivido muchas historias duras.
A sus cuatro meses lo apunté a clases de habilidades y le enseñaba juegos de Agility. A día de hoy es con quien montó shows de circo y distraemos a quien nos visita: Leo es el perro más equilibrado que he conocido en toda mi vida.

 


Lola es una bodeguera andaluza de dos años y medio. Es puro nervio y  la bipolar de la casa; ¡desquicia a quien se topa con ella! Es tan cariñosa que empalaga, así que cuando no salta a modo cabra montesa se pega a ti reclamando caricias, y no puedes moverte. A menudo Lola ve a su anterior dueña; somos amigas y cuando la ve llegar, se vuelve loca. Se quieren mucho, pero no se entienden. Mis perros le han proporcionado el equilibrio emocional de convivir en manada y encontrar la armonía que necesita y por eso desde hace ya más de un año vive tan feliz en casa.

 


 

Meimei…es mi niña mimada, una Shitzu de casi dos años.

Estuve buscando mucho hasta que la encontré; quería una perra de peluquería con características muy concretas. Aunque me la regaló una amiga, pagamos por ella.

Mei es parte de mi terapia. Aunque la peino a diario, los días que tengo perros endemoniados o mugrientos y se me quitan las ganas de ser peluquera, ahí la cojo, le corto el pelo o me tiro horas peinándola y haciéndole masajes…., mi perrita en esos momentos es un peluche que se deja hacer lo que quieras.

En su día a día es una Shitzu que se disfraza de Doberman; bruta, intrépida y con la dinámica de un perro grande.

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